Los coronavirus son patógenos importantes para humanos y vertebrados, en diciembre del 2019 se produjo un brote de neumonía de localización en Wuhan, China el cual produjo que se conjuntaran todas las miradas del mundo en ese país.¹

 La enfermedad ha sido nombrada COVID-19 por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta nueva emergencia inicio con brotes que causaron una mortalidad y morbilidad significativas en China en comparación con el resto del mundo.²

Al inicio de la pandemia la OMS y el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos CDC publicaron directrices provisionales para su identificación, manejo y terapéutica. Pero actualmente todos los manejos han evolucionado en cuanto a la administración de fármacos para la mejora de la condición clínica y prevención de las complicaciones a raíz de la misma infección, por lo que se han probado muchas teorías, las cuales algunas fueron rechazadas en cuanto a la terapéutica otorgada a este tipo de pacientes.³

Es por ello por lo que, a lo largo de esta cita, observaremos un punto de partida en el uso de esteroides en la infección por SARS-CoV-2, así como el estudio RECOVERY que enmarca el manejo de estos.

Aproximadamente entre el 31 – 41.8% de los pacientes hospitalizados con COVID-19 desarrollarán de forma rápida un síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA), con el consiguiente aumento del riesgo de muerte. El deterioro de este tipo de pacientes se encuentra estrechamente relacionado con una inflamación sistémica, además de destacar los aumentos en los niveles séricos de citocinas inflamatorias. ⁴

Los esteroides se han utilizado ampliamente en el tratamiento de procesos neumónicos graves debido a virus como la influenza A (H5N1) y el SARS-CoV-2, sin embargo, los beneficios del tratamiento en pacientes con Coronavirus siguen siendo controversiales.⁴

La OMS ha recomendado no administrar esteroides sistémicos de forma rutinaria en pacientes con COVID-19. Pero una declaración del Consenso de la Sociedad Torácica de China recomienda el uso de esteroides de forma prudente y controlada.⁵

El uso apropiado de glucocorticoides puede mejorar significativamente los síntomas clínicos de los pacientes con SARS-CoV-2, reducir el grado de progresión de la enfermedad y acelerar la absorción de las lesiones pulmonares; pero no puede acortar la duración de la estancia hospitalaria⁶. El empleo de corticoesteroides en la enfermedad por COVID-19 es polémico, sin embargo; algunos estudios han revelado una buena respuesta a la implementación del tratamiento farmacológico con esteroides. Podemos citar algunos los cuales, han considerado el uso de los mismos, el estudio realizado en Michigan, donde se utilizó metilprednisolona con buenos resultados en ciclos cortos de tratamiento. Citamos el estudio realizado en de Reino Unido, del cual expondremos las características y puntos clave a continuación.⁷

Entonces ¿Qué sucede con el estudio RECOVERY?

Analizando dicho estudio se observó que de forma incluyente ingresaron en su estudio a 11 303 pacientes, que fueron aleatorizados en una fecha comprendida entre el 19 de marzo al 08 de junio de 2020. Desde el inicio observamos que la muestra es representativa, por la cantidad de pacientes que fueron sometidos al estudio.  A su vez 9355 que representaban el 83% de los pacientes, recibieron dexametasona a una dosis de 6 mg/día durante 10 días ya fuese por vía oral o intravenosa.⁸

Algo muy importante es que no se descartó en este estudio a pacientes que presentan comorbilidades siendo las más habituales: diabetes, enfermedades cardíacas y pulmonares; también se incluyó de forma aleatorizada en el grupo que recibió esteroide.⁸

Como un resultado primario se obtuvo que la mortalidad a los 28 días fue significativamente menor en el grupo que uso dexametasona que en el grupo control, al que se le otorgó una atención habitual. Se obtuvo una reducción en la  mortalidad en aquellos pacientes con síntomas durante más de 7 días. En los resultados secundarios los pacientes que recibieron esteroides se observó que la estancia hospitalaria fue mas corta que el otro grupo control. Además de una mayor probabilidad de ser egresados con vida a los 28 días. De igual forma se obtuvieron resultados satisfactorios en lo que respecta a los pacientes con progresión a ventilación mecánica invasiva que usaron dexametasona⁸.

El estudio RECOVERY promueve el uso de dexametasona con un impacto en la mejora de la mortalidad en pacientes con COVI-19 que recibieron  asistencia respiratoria a dosis de 6 mg/día durante 10 días, de instauración del tratamiento, además en la mejora de la sintomatología. El aumento en la dosis del esteroide se considera deletéreo para el paciente, existen estudios que no avalan su uso, sin embargo, actualmente la OMS lo recomienda.

En conclusión, actualmente a partir de la realización del estudio RECOVERY, se han llevado a cabo diversos estudios que promueven el uso de la dexametasona como terapia farmacológica en los pacientes con COVID-19, sin bien son pocos, los resultados son prometedores para ellos, con el uso de dosis bajas de los mismos ya que pueden reducir la tasa de mortalidad en los paciente con enfermedad grave. Es por ello que se alienta, al uso de los mismos.