Trauma y urgencias durante la pandemia. ¿Qué cambios tendremos que afrontar para el futuro?

  • septiembre 30, 2020
  • EMergiendo
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Urgenciólogo

Daniel Sánchez Arreola

  • Especialista en medicina de urgencias
  • Maestría en Administración en Servicios de Salud
  • Presidente de la Sociedad Mexicana de Medicina de Emergencias A.C.
  • Miembro del Board de la Federación Latinoamericana de Medicina de Emergencia (FLAME)
  • Médico adscrito urgencias Centro Médico ABC
  • Subdirección médica Hospital General La Villa Secretaría de Salud CDMX
  • Profesor Sinodal del Consejo Mexicano de Medicina de Urgencias
  • Expresidente de la Sociedad Hidalguense de Medicina de Urgencias y Desastres

Trauma y urgencias durante la pandemia. ¿Qué cambios tendremos que afrontar para el futuro?

De acuerdo a las estadísticas reportadas por la Secretaría de Salud en su último comunicado técnico diario del 26 de junio de 2020, en México se reportan un total de 208,392 casos confirmados y 25,779 defunciones. (1) Sin embargo a pesar de estas alarmantes cifras que denotan que seguimos en el periodo más complicado de la pandemia, el gobierno y las autoridades decidieron dar paso al inicio de la suspensión gradual del confinamiento y a la implementación del semáforo de riesgo para regresar a las actividades normales.

¿Pero, qué pasa en los hospitales? Derivado de estas medidas consideradas “prematuras” por el personal de salud y por la mayoría de los expertos, la incidencia en el número de ingresos por casos de lesiones traumáticas producto de accidentes de tráfico, violencia urbana o doméstica y otras enfermedades agudas como el infarto agudo al miocardio, complicaciones de la diabetes mellitus o el infarto cerebral, ha sufrido un dramático incremento en la mayoría de los hospitales de segundo nivel aspecto que denota no solo que la población ya ha comenzado a salir de sus casas y ha regresado a las actividades ordinarias regresando la susceptibilidad de sufrir lesiones traumáticas sobretodo en la población joven, sino que ha iniciado también el inminente tsunami de pacientes con complicaciones crónicas derivadas de la falta de atención en consulta externa o atención primaria que ha hecho que países como Alemania y Suecia reporten un incremento en la mortalidad de hasta el 30% por infarto agudo al miocardio y un retraso del más del 50% en los tiempos de atención por enfermedades tiempo dependientes y una asociación de mortalidad del 20% más en aquellos pacientes que además resultaron positivos para COVID-19. (3).

Esta situación se ha convertido en un auténtico reto para el personal de salud que labora diariamente en las salas de urgencias a lo largo del territorio nacional ya que muchos de estos pacientes al ingresar en estado crítico y algunos de ellos en estado de inconsciencia no pasan por un Triage o sistema de detección de síntomas respiratorios por lo que casi la mayoría de ellos, son ingresados y atendidos inicialmente en espacios no destinados para pacientes con síntomas respiratorios en donde algunos de ellos cursan con lesiones traumáticas o enfermedades descompensadas más infección por COVID-19 aspecto que ha puesto en jaque a quienes son responsables de su atención en el servicio de urgencias así como en áreas de quirófano, unidades de cuidados intensivos y áreas de recuperación haciéndolos vulnerables a ser infectados. De acuerdo a José Luis Alomía Zegarra, director general de Epidemiología al día de hoy se han registrado 11,394 casos y 149 decesos de personal médico desde que inició la pandemia hace 3 meses, cuestión que podría agravarse aun más por el término del confinamiento y el consecuente repunte en el número de casos que ocasionará mayores ingresos hospitalarios. (1,2)

Sin embargo a pesar de cursar con esta llamada “disrupción” en el proceso de atención médica, pocos son los hospitales que han entendido que es necesario iniciar con la reorganización de sus espacios, la revisión de sus procesos ordinarios y la preparación del personal que labora en las áreas críticas con la finalidad de estar preparados para atender pacientes con enfermedades infecto-contagiosas asociadas que pueden poner en riesgo al personal médico del hospital en todo momento y más aun si este no se encuentra protegido y es tomado por sorpresa, cambios que sin duda serán definitivos y que deberán estar vigentes para el futuro ya que el riesgo del surgimiento de nuevas pandemias por virus patógenos conocidos como la influenza, el SARS Cov-2 o nuevos patógenos inclusive aun más letales, es una inminente realidad.

Entonces, ¿Cómo hacer para proteger al personal de salud ante esta problemática que llegó para quedarse?. Pese a no existir actualmente un consenso, sistemas de salud de países como China, Alemania y Reino Unido han puesto en práctica claros ejemplos de buenas prácticas con el objetivo de proteger al personal de emergencias que es susceptibles de atender pacientes víctimas de trauma u otras enfermedades y que al mismo tiempo pueden cursar con infección activa por COVID-19 u otros agentes infecciosos, acciones que pueden resumirse en 5 medidas o principios básicos. (4,5)

1.- Implementar un sistema de Triage permanente en los servicios de urgencias para detectar a aquellos pacientes sospechosos de cursar con infección concomitante por SARS-Cov2 u otros agentes infecciosos con independencia de la causa por la que acuden al hospital y separarlos del resto de los pacientes desde el momento de su detección. Tomar en cuenta el contar con equipo de protección (EPP) de forma permanente en todos los servicios críticos.

2.- Designar un equipo de Rayos X y una sala de imagenología destinada para realizar estudios de imagen solo a pacientes sospechosos o confirmados y que sea un espacio que tenga la facilidad de poder ser desinfectado con rapidez.

3.- Designar un quirófano especial destinado solo para la intervención de pacientes con patologías quirúrgicas que cursen con sospecha o confirmación de infección por COVID-19 u otros agentes infecciosos y que cuenten preferentemente con un sistema de presión negativa de aire ademas de contar con equipo de protección disponible en todo momento para el equipo quirúrgico,

4.- Tener siempre preparada una sala de cuidados intensivos (UCIA) junto con un ventilador destinados para el tratamiento de pacientes sospechosos o confirmados que requieran cuidados críticos y que preferentemente se encuentre en un espacio susceptible de poder ser aislado del resto de las camas evitando ser un riesgo para el resto de los pacientes.

5.- Establecer un protocolo permanente para el transporte interhospitalario de pacientes sospechosos o confirmados que cuente con sistemas de señalización y un sistema de notificación interna para alertar al personal que permita aislar áreas y espacios comunes del hospital, además de transportar al paciente siempre con cubrebocas y con las medidas de aislamiento correspondientes.

Sin duda el estatus de emergencia que ha derivado de la pandemia por COVID-19 a nivel mundial a condicionado cambios significativos en los procesos hospitalarios y en la manera de actuar del personal médico sobretodo de aquellos que se encuentran en la sala de urgencias y áreas críticas, circunstancia que por supuesto no es ajena a nuestro país y que debería ser considerado como un tema prioritario por las autoridades sanitarias en el menor tiempo posible y al par de la contingencia actual.

La experiencia vivida en esta pandemia ha dejado ver que existe una imperante necesidad de contar con protocolos de seguridad definitivos y áreas específicas “no adaptadas”, destinadas no solo para la atención de pacientes con enfermedades infecto-contagiosas sino para todo tipo de pacientes medidas que tarde o temprano deberán también ser parte de los procesos de certificación hospitalaria cuyo principal propósito sea el de preservar la integridad del personal médico en todo momento y lograr una atención eficiente y efectiva sin sacrificar la seguridad de todos los involucrados. ¿Podremos lograrlo?.

Referencias Bibliográficas y lecturas sugeridas:

1.- Comunicado Técnico Diario Coronavirus, Dirección General de Epidemiología, Secretaría de Salud, junio 2020.

2.- Mapa interactivo Coronavirus 2020,Dirección General de Epidemiología, Secretaría de Salud, junio 2020.

3.- Paul Barach, et all, Disruption of healthcare: Will the COVID pandemic worsen non-COVID outcomes and disease outbreaks? El Sevier, 6 June 2020

4.- Aranda-Narva ́ ez  JM, et al. Atención de la urgencia quirúrgica durante la pandemia COVID-19. Recomendaciones de la Asociación Española de Cirujanos. Cir Esp. 2020

5.- Yang Li1, Ling Zeng1, Zhanfei Li2, Qingxiang Mao, et al, Emergency trauma care during the outbreak of corona virus disease 2019 (COVID-19) in China, World Journal of Emergency Surgery (2020) 15:33

 

Referencias Bibliográficas y lecturas sugeridas:

1.- Comunicado Técnico Diario Coronavirus, Dirección General de Epidemiología, Secretaría de Salud, junio 2020.

2.- Mapa interactivo Coronavirus 2020,Dirección General de Epidemiología, Secretaría de Salud, junio 2020.

3.- Paul Barach, et all, Disruption of healthcare: Will the COVID pandemic worsen non-COVID outcomes and disease outbreaks? El Sevier, 6 June 2020

4.- Aranda-Narva ́ ez  JM, et al. Atención de la urgencia quirúrgica durante la pandemia COVID-19. Recomendaciones de la Asociación Española de Cirujanos. Cir Esp. 2020

5.- Yang Li1, Ling Zeng1, Zhanfei Li2, Qingxiang Mao, et al, Emergency trauma care during the outbreak of corona virus disease 2019 (COVID-19) in China, World Journal of Emergency Surgery (2020) 15:33